Diario de un Peregrino Scout - Etapa 6



DIARIO DE UN PEREGRINO SCOUT
Etapa 6        1/05/2015                 LIEDENA  – MONREAL                                        30 KM


¡¡¡¡¡Que ganas de continuar el Camino ¡¡¡¡¡
Esta semana estábamos todos con muchas ganas de seguir, quedamos el día 1 de mayo  a las 6 de la mañana en el Actur, nos reorganizamos con los coches y salimos hacia Sangüesa.
A las 8 llegamos a Liédena al restaurante donde comíamos la última vez. Desayunamos, unos café con bollería, otros directamente se lanzaron a por los huevos fritos con chistorra ¡¡¡Anda que les engaña la vida ¡¡¡
El día amenazaba lluvia, el cielo estaba encapotado y caía chiribiri. Nos pusimos las capas de lluvia y con alegría como siempre comenzamos     a    caminar
dirección Monreal, no sin antes hacernos nuestra foto de grupo en las escaleras del restaurante.
Comenzamos el camino entre sembrados y almendros y llegamos a una bonita vista del rio. Ya en los túneles de la Foz de Lumbier, encendimos las linternas para pasarlos y a la salida nos encontramos con un espectacular desfiladero de impresionantes cortados y buitreras.
Toda una maravilla de paisaje que disfrutamos mientras lo pasábamos. Llegamos a Lumbier y seguimos con el “chiribiri calabobos”. Todos llevábamos capas de lluvia  o  impermeables  y   a pesar  de  la  lluvia  la
temperatura era agradable lo que hace que la mayoría sudemos un montón, hasta el punto de agobiarnos en algún momento.
Hacemos una parada en Nardués para tomar un tentempié junto a una fuente. El camino ahora pasa franqueado por bojs y bosques de pinos. Las flores están especialmente bonitas y coloridas: aliagas amarillas, tomillos blancos y un montón de flores lilas y malvas. Pasamos cerca de un rebaño de vacas que nos miran con mala cara.
El paisaje hasta Izco es precioso, verdes campos de trigo y amarillos de colza. Al final, la lluvia cede.
Aquí nuestro inestimable coche escoba nos ha preparado un rico almuerzo (empanada, tortilla de patata preparada por Mamen, jamoncico, chorizo…..) todo nos sabe muy rico, que el andar abre el apetito.
Llevamos las botas sucias por el barro del camino y continuamos por preciosos parajes amarillos y vedes, el último tramo es especialmente bonito y aunque nos pesan los km que llevamos encima, los bosques de robes y hayas alivian el peso del camino: todo esta tan vede y florido que da gusto. Por fin hemos llegado a Monreal, hay un bonito puente  medieval a la entrada del pueblo y una escalinata empinada para llegar al albergue (es el último esfuerzo). Por la tarde después de la ducha, en la terraza del bar nos echamos unas risas, aunque hubo una nota negativa, el coche de Carlos tuvo un contratiempo y además tuvo que llevar otros peregrinos que no tenían sitio en el albergue. 
Y además Rosa y Carlos se tuvieron que ir a dormir a otro sitio porque, vinieron personas andando y tienen preferencia sobre los que llegan en coche.
Cenamos puré de verduras, pollo, lomo y helado. Después a dormir, que estamos agotados, ha sido una etapa de 30 km. Casualidades: cenaron con nosotros un padre y una hija que hacían el camino en bici y conocían a Alfonso, habían trabajado juntos hace tiempo.

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